Las nuevas tecnologías y la digitalización han afectado a todos los sectores. En el caso de los transportes públicos no iba a ser menos. Si miramos atrás, en 2009, a pesar de que España contaba con más de 51 millones de clientes de telefonía móvil, sólo 2 millones tenían un teléfono inteligente.
No era fácil pensar en ese momento la evolución de la que seríamos testigos en sólo 6 años. Sin embargo, algunos valientes apostaron de manera decidida por los canales digitales más allá de un perfil en Facebook o Twitter. Alrededor de la web, las redes sociales, el marketing relacional y los dispositivos móviles han girado en torno al proceso de evolución.
En el transporte público, empezamos viendo la integración de sistemas a través de toda una infraestructura, modesta al principio, de monitores que ofrecían información a los usuarios (estimación de tiempo, avisos, incidencias, etc.). Pero el ofrecer información en tiempo real en cada parada no era suficiente. La información era importante, pero fue necesario un rediseño de procesos, en los que entró en juego la web, el portal móvil, las redes sociales y, como mencionaba al principio, el marketing relacional. La clave no estaba sólo en ofrecer la información, sino en establecer qué información había que ofrecer y en qué canales.
Los niveles de penetración social y usuarios de internet y de dispositivos móviles inteligentes han ido creciendo en los últimos 5 años de manera vertiginosa, lo que ha obligado al sector del transporte público a adaptar de manera continua todos los procesos de transformación digital. Y la apuesta debía centrarse en cuatro principios básicos muy claros:
- El usuario. Es de vital importancia ofrecer servicios y productos que cubran las necesidades e intereses de los usuarios.
- La especialización de los canales. Utilizar los canales adecuados en función del objetivo y el uso que el usuario hace de cada canal.
- Personalización de la información. Ofrecer información totalmente personalizada con una apuesta clara por el canal móvil.
- Optimizar el espacio web. Enfocándolo a ofrecer una experiencia de usuario útil y prá
Hoy, el gran reto que encuentra el sector está en el móvil. Más bien convertir el pago móvil seguro en una realidad y en hacer de los dispositivos móviles la puerta de entrada principal a los servicios de movilidad.
Ya son muchas las compañías que, en este sentido, han apostado no sólo por la adaptación de la web en este tipo de dispositivos, sino que incluyen opciones como apps que permiten a los usuarios la personalización a través de la creación de rutas en función de los trayectos que realiza, algunos apuestan incluso para servicios de atención al cliente en tiempo real a través de mensajería instantánea desde la propia aplicación, etc.
Un buen ejemplo de todo ello es la aplicación de transporte público de Barcelona:
AMBtempsbus:
Y en cuanto al pago por móvil tal vez la tecnología estrella es la NFC (Near Field Communication); una tecnología de comunicación inalámbrica de corto alcance que, además de servir como herramienta de identificación y recogida / intercambio de datos entre dispositivos, tiene su máximo potencial en el pago a través del móvil. Empresas como Xerox Seamless ™ han aprovechado esta tecnología de plataforma abierta para desarrollar sus propias soluciones. En el caso de esta compañía, consiste en la instalación de etiquetas NFC en las líneas de transporte.
Los usuarios solo tienen que descargar la app de la compañía, darse de alta y activar su cuenta. Y para viajar lo único que tienen que hacer es tocar cualquier etiqueta NFC con su smartphone para realizar la transacción. Seguidamente os dejo un vídeo de lo que se está haciendo en el transporte público de Valencia:
Esta realidad que vemos instalada en algunas ciudades pioneras, seguramente acabará convirtiéndose en un procedimiento habitual que, según los expertos, además, contribuirá a impulsar el pago a través del móvil en otros ámbitos y sectores. Actuando el sector público como elemento de tracción para el resto.
Como en otros campos, nos esperan unos próximos meses y años apasionantes.