“Las personas deberían darse cuenta de que ser pesimista acerca del mundo en que vivimos es una opción… el optimismo es también una opción. Da más energía y eventualmente, con este tipo de energía podemos hacer un mundo mejor para nosotros, para nuestros hijos y nuestros nietos.” – Charles Groenhijsen
Como todos sabéis, en mi blog mensual siempre acostumbro a hablar de tecnología, innovación o emprendimiento. Durante estos días, en los que todos tenemos mucho tiempo para reflexionar, me gustaría hablar de otros factores que pienso que son imprescindibles para el futuro y el presente que nos viene. Espero que os guste…
Estamos ante una situación sin precedentes. Amig@ lector, espero que me lea desde la comodidad de su hogar. Momentos difíciles nos acompañan, pero debemos, con todo sentido de la responsabilidad personal, mantenernos optimistas. Que el virus pase para quedar en el pasado y comenzar a construir un futuro bajo los cimientos de la solidaridad, comunidad y el poder humano.
Los sucesos de las últimas semanas me han llevado a una reflexión, acerca del papel de los medios en el estado de ánimo de la población. Es una realidad que estamos pasando, una crisis sanitaria sin precedentes, pero, hasta qué punto los medios de comunicación cumplen su tarea informativa y se traspasa a acciones “fáciles” para estimular la viralidad a cualquier precio.
La calidad de las noticias vs. la viralidad y el engagement
Los medios, ante la creciente necesidad por producir contenido que atraiga al lector han llegado a sacrificar la calidad y el punto de vista de la información proporcionada. Sumando a la escena las famosas “fake news” distribuidas principalmente por redes sociales. Los medios se han convertido en fuentes de cebos para despertar la curiosidad y llevarnos a hacer “más clics”.
https://fs.blog/2020/02/illusory-truth-effect/
La realidad es que los medios de comunicación tienen una enorme influencia y son parte fundamental en la formación de la opinión pública y los sentimientos de la sociedad en general. Los periódicos, la televisión y la radio siguen siendo importantes abanderados en la propagación de información básica y pueden ayudar a generar comprensión si se presenta de forma justa, imparcial y no inflamatoria. En algunos casos, son el instrumento para difusión de mensajes y valores falsos e incendiarios que no promueven el respeto, el diálogo y la discusión sana. Los mensajes negativos pueden incluso dividir a las comunidades y facilitar la perpetuación de estereotipos que nutren la violencia y la desinformación.
Los medios, a menudo parece que prefieren detenerse en el conflicto, dado a que este aunado con el drama venden periódicos y atraen a la audiencia. Esto significa que los puntos de vista extremos obtienen mayor espacio que los sentimientos de la mayoría de los ciudadanos que pueden tener perspectivas más equilibradas y positivas.
Es de vital importancia regresar y poner énfasis en el papel constructivo de los medios, donde su misión es brindar el reconocimiento realista de los problemas actuales y brindar la información de forma asertiva y con la responsabilidad y vocación de informar. ¿Suena idílico? Puede ser, pero se convertirá en una necesidad fundamental para sobrevivir en el mercado de medios masivo y competitivo.
Los medios tradicionales al buscar su adaptación al mundo online han perdido la esencia de informar para lograr ser atractivos a la par que los outlets de noticias que han surgido por la red. Encontramos periódicos representativos del país compartiendo memes e información no fidedigna, sin comprobar su veracidad, ni fundamento informativo. Es imprescindible que los medios sin importar su canal online u offline vuelvan a encontrar su esencia, informar con calidad centrado en la responsabilidad que recae en sus hombros: La salud mental de cada uno de los lectores.
La responsabilidad de nosotros como consumidores.
Tradicionalmente los medios tienden a buscar comunicar aquello que a las personas les interese. Las personas naturalmente nos sentimos atraídas por las noticias negativas, en parte porque nuestro cerebro está preparado para explorar en el entorno en búsqueda de emoción y peligro, como forma de estimular la supervivencia. Pero al estar expuestos a estímulos inductores de miedo una y otra vez, puede hacernos sentir impotentes, lo que no ayuda a nuestro bienestar persona o para la sociedad en general.
En todos los modelos y sistemas humanos, la búsqueda por el equilibrio es una constante para el flujo y desarrollo de la sociedad. El emisor (los medios) tienen que abarcar dentro de sus estrategias de comunicación, un punto de vista de bien común y responsabilizarse de su autoridad con el compromiso de darnos una visión del mundo en que vivimos, lo malo y también lo bueno.
El receptor (consumidor) hoy tiene el poder gracias a las redes sociales de funcionar como emisor y receptor de noticias. Por lo que la responsabilidad de ambos aspectos recae en cada uno de nosotros. Está en nuestra mano, exigir la calidad en la información que proporcionan los medios tradicionales y digitales, de estimular tanto a nivel personal, como en el entorno cercano, el cuestionamiento, la investigación y la difusión de la información de vías corroboradas. A la vez, que tomar la decisión de fortalecer las redes sociales, difundiendo aquello que pueda causar un impacto positivo en las órbitas de acción a nuestro alcance.
El poder del equilibrio: La importancia de las noticias constructivas.
Las noticias constructivas no solo tratan de hechos cursis o de historias de amor. El periodismo constructivo, está enfocado en el progreso y las oportunidades. Un buen periodismo positivo está centrado en soluciones.
Los medios dan forma a nuestro mundo, la negatividad excesiva en la prensa, destruye nuestra sociedad y nos brinda una visión del mundo a medias. Informarnos de noticias con un enfoque constructivo, nos permite enterarnos de todo el abanico de sucesos de nuestra sociedad global. Existen facetas de las personas, instituciones, empresas, ciudades o de los países que son positivas y que vale la pena conocer.
Una razón personal es que consumir noticias constructivas puede mantenernos motivados, apoyándonos a reducir el estrés y la ansiedad. Favoreciendo a nuestro bienestar psicológico y de las personas que nos rodean.
Si hiciéramos una encuesta a nivel mundial, seguramente la mayor parte de entrevistados dirían que el mundo cada vez es peor, más violento, con mayores desigualdades, etc. Si bien es cierto que hay muchas cosas que mejorar, la realidad es que todos los indicadores objetivos nos indican que estamos cada año mucho mejor a nivel mundial, en relación a tasas de violencia, pobreza, mortalidad infantil, desigualdad de la mujer, etc.
La pregunta es evidente; ¿Cómo es que si el mundo mejora constantemente de manera objetiva, la apreciación subjetiva de las personas no sigue esa línea?. La respuesta es que los medios de comunicación que son el filtro entre la realidad y la percepción de la realidad que tenemos, lo distorsionan, ya que hacen que nos centremos siempre en lo negativo, en lo que va mal. Esto se hace por la falsa creencia que lo negativo vende más.
Esta actitud, además de ser muchas veces deshonesta, es muy peligrosa, ya que hace que al ver un mundo cada vez peor, con más peligros, la ciudadanía se sienta atraída por soluciones fáciles, por respaldar posiciones políticas extremas, que ofrecen orden a cambio de libertad individual, proponiendo recortar derechos que han costado tanto de ganar. Pensar sino en el perfil de los gobernantes que muchas de las mayores potencias a nivel mundial tienen y lo que proponen.
Crisis sanitaria, que no guerra.
Os pondré un ejemplo de rabiosa actualidad sobre lo que quiero decir. Estamos padeciendo una crisis sanitaria, que no guerra, este punto es muy importante en la forma como debemos enfocarla y como debemos salir de ella. Por eso, sinceramente me parece fuera de lugar que se hable de guerra y que se enseñe más la cara de militares que no de expertos en salud que es lo que necesitamos y los que deben definir los pasos a dar. Quienes nos harán salir de esta crisis son los médicos y científicos, y después de ella debemos de aumentar seguramente nuestro presupuesto en salud no en estructura militar.
Nos enfrentamos pues a situaciones complejas y, por supuesto, desafíos. Si mantenemos un enfoque positivo y constructivo de las cosas, con el propósito de mejorar al mundo que nos ha tocado vivir, el futuro es optimista. Depende de nosotros y debemos exigir a nuestros medios de comunicación objetividad y una percepción real y ponderada de la realidad, no sesgada por intereses muchas veces inconfesables.