El mundo parece que se ha reiniciado. El Covid-19 ha dado paso a una posible crisis económica mundial, que esta cambiando la forma en la que se administran las empresas y alterará su funcionamiento.
No hay una forma sencilla de decirlo, los próximos meses serán un desafío. Incluso para las empresas fuertes, bien capitalizadas y administradas, todas tendrán que trabajar duro para mantenerse relevantes y dar continuidad al negocio. Algunas empresas anteriormente consideradas viables fracasarán, ya que muchas se enfrentan a un período de cero o pocos ingresos, mientras que otras se adaptarán a los tiempos, lograrán trascender y se volverán a posicionar en el mercado.
De la tempestad, siempre hay aprendizaje.
Si la historia puede servirnos de guía, después de la Gran Depresión o la Crisis del 29, la teoría de gestión empresarial se transformó completamente. Teóricos de negocios como Fritz Roethlisberger y Elton Mayo desarrollaron el “Movimiento de Relaciones Humanas en la investigación gerencial”. El cual ofrecía un punto de vista humano y empático hacia la gestión empresarial, la cual antes de la crisis estaba centrada en la producción mecánica y deshumanizada.
http://w4.escolapia.cat/terrassa/aulavirtual/assignat/empresa/emayo_Hawthorne.pdf
Otro ejemplo más actual, la crisis financiera mundial de 2008-10 llevó a las empresas a pasar del empleo permanente a más trabajadores por contrato y condujo al auge de la gig economy.
Cada crisis económica en la historia ha ocasionado el quebrantamiento del mundo como en ese momento era visto. Esta pandemia global, no será la excepción para replantear nuevos modelos y sistemas que marcarán el rumbo de acciones en todos los aspectos de nuestra vida.
¿Cómo se desarrollará el efecto covid-19?
Es difícil predecir ante la situación en constante cambio. Lo que tenemos seguro es que las empresas tendrán que reorganizarse convirtiéndose en sistemas más fluidos, flexibles y ágiles. Así es como podrán cambiar y adaptarse a las nuevas formas de hacer negocios.
El coronavirus ha fungido como catalizador y está imponiendo una nueva realidad. La pandemia es un punto de inflexión que elimina del escenario al viejo sistema, aquellos que estaban bajo estrés o los cuales no hayan desarrollado una cultura de innovación, definitivamente están quedando fuera del juego. Ante esto, no todo está perdido, pero es imperativo que las empresas reaccionen y que recuperen la iniciativa para afrontar lo que viene. Es momento para que las empresas abran la puerta a proyectos sociales, económicos y tecnológicos que ya venían en el camino, pero ahora están aquí para quedarse y asentarse en esta nueva era.
Cada organización tendrá que reevaluar sus sistemas, gestión de talento y los cambios de hábitos de un consumidor post-Covid. Cada persona se cuestionará cada una de sus elecciones cotidianas y puede que no vuelvan a elegir a las empresas de las cuales eran leales automáticamente. Por lo que es importante volver a reconquistarlos y despertar el interés. Para ello, cuestionarnos si los servicios y productos que ofrecemos están adecuados para la nueva realidad y si estos siguen siendo sustentables tanto para la situación interna de la compañía, como en el mercado.
No existe una receta mágica para dar solución y entrar a esta nueva etapa. Pero la innovación sigue siendo la mejor alternativa de adaptación. Hay que atrevernos a testear nuevos sistemas que rentabilicen nuestro valor como negocio. Esto deberá tener ingredientes de colaboración, empatía, apertura al aprendizaje, organización y adaptación. Pensando en los nuevos escenarios, en los cambios, en los grupos humanos que pueden apoyarnos a crear una nueva visión comercial.
Son tiempos confusos, podemos dejarnos llevar por la turbulencia y perder el enfoque en tratar de encontrar exclusivamente en el exterior las soluciones a partir de los escenarios a largo plazo. El enfoque estratégico del negocio aunado con la disciplina de ejecución, son y continúan siendo los impulsores clave para prosperar en cualquier momento y tiempo de la historia.
Tecnología después del Covid-19
El 2020, prometía a ser un año donde varios desarrollos verían la luz del día y comenzarían a entrar al mercado, como comienzo de una nueva era tecnológica. En la situación actual podemos observar como la tecnología ha desempeñado un papel protagonista y eso seguirá de forma firme al futuro próximo. La transformación tecnológica girará entorno a nuevos modelos de negocio donde el contacto será el mínimo. Esto derivado a la huella que el confinamiento dejará en nuestra sociedad que se perpetuará en los años consecutivos.
Modelos de negocio sin contacto.
Esta tendencia se presentará con fuerza para el desarrollo de negocios, productos y servicios. Se pulirán las soluciones “espontáneas” que tuvimos que tomar ante el confinamiento, como el estudio de los niños en casa, para mejorarlas y potencializarlas. Los espacios de trabajo pasarán de alquileres a largo plazo a posiblemente espacios de formatos similares al coworking. Los servicios facilitados de forma telemática evolucionarán a otro nivel. Una característica que acompañará a todos estos nuevos modelos es la posibilidad de adaptarse, con formatos maleables e inclusive camaleónicos.
Nuevas tecnologías para un mundo sin contacto
La automatización, encontrará más aceptación en el mercado, por lo que las inversiones incrementarán. Se acelerará la adopción e implementación de los almacenes casi autónomos, la robótica, entregas con drones y la fabricación 3D. Esto a su vez significa la importancia vital en torno a la seguridad cibernética, la privacidad, la localización y el estudio de datos, en materia de regulación y efectividad.
La cadena de suministro estará en el centro del escenario.
Si algo ha quedado claro en la actual situación mundial, es la dependencia que tienen nuestras industrias manufactureras de proveedores asiáticos, principalmente de China. Las empresas se han dado cuenta que dependen demasiado de unos pocos proveedores y ni siquiera conocen bien los eslabones de su cadena de suministro, más allá de los proveedores con los que interactúan directamente. Ahora, las compañías profundizarán más para evaluar sus riesgos, diversificando su base de proveedores para reducir la dependencia a unos pocos, construir ecosistemas más ajustados para tener más control, así como, el planeamiento de búsqueda de soluciones con cercanía geográfica.
En este sentido, la producción 3D será un elemento clave, todo lo que podamos producir de forma automatizada, se hará. Cualquier diseño de un producto nuevo deberá incorporar esta visión, producir el máximo de componentes mediante 3D y con proveedores cercanos. Sobre todo si hablamos de productos con valor añadido, deja de tener sentido producir un caro smartphone en China exponiéndonos a la ruptura de la cadena de suministro. Ahora ya sabemos que puede pasar, que se puede bloquear el comercio internacional, debemos actuar en consecuencia.
Para muchas empresas, la continuidad del negocio dependerá de la calidad y la viabilidad tanto de sus proveedores como de sus clientes. Para esto, se requerirá reinventar toda la cadena de valor. La transparencia, la seguridad y la fiabilidad serán los puntos fundamentales para generar estos nuevos sistemas. Donde por supuesto, tecnologías como Blockchain pueden brindar la solución ideal para conseguir hacer un mejor uso de los recursos, potenciar el know-how de la empresa y contribuir a la definitiva digitalización de los procesos empresariales.
https://ignasisayol.com/es/impacto-blockchain-logistica/
Sin duda son tiempos difíciles, donde el optimismo hacia el futuro empresarial va de la mano con el propósito, misión, visión y valores. Es vital para todas las empresas sin importar el sector, dar dirección, donde los equipos de trabajo sean parte de la solución y que la responsabilidad social sea eje estratégico de trabajo por el bien individual y colectivo.
Volveremos a trabajar en una nueva realidad. Un entorno drásticamente diferente para todos: clientes, empleados, proveedores. La planificación nos permitirá estar bien preparados para abordar los retos que se presenten a un buen ritmo ante el tiempo cambiarte. Busquemos anticiparnos a las inquietudes del consumidor, abordar necesidades y satisfacer demandas.
En este entorno es imprescindible recordar la esencia por la que como empresa existimos y construir nuestra propia ruta aportando valor y adaptándonos a este nuevo mañana, que, como la vida misma, traerá grandes experiencias y responsabilidades.