En el actual panorama global, marcado por tensiones geopolíticas y la reconfiguración de las cadenas de suministro, América Latina se presenta como una región estratégica con potencial para convertirse en un centro clave de manufactura y distribución. La tendencia hacia el nearshoring y el friendshoring ha abierto nuevas oportunidades para que los países latinoamericanos fortalezcan su posición en el comercio internacional.
Contexto Geopolítico y la Reconfiguración de las Cadenas de Suministro
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, junto con las disrupciones causadas por la pandemia de COVID-19, han llevado a las empresas a replantear sus estrategias de producción y distribución. La necesidad de cadenas de suministro más resilientes y cercanas a los mercados de consumo ha impulsado el fenómeno del nearshoring, que implica trasladar operaciones a países geográficamente más próximos. En este contexto, América Latina emerge como una opción atractiva para las empresas que buscan reducir costos logísticos y mitigar riesgos asociados a conflictos geopolíticos.
Es importante considerar un evento que se ha producido últimamente: la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos bajo la administración de Donald Trump. Este hecho tendrá implicaciones significativas para el comercio internacional y las estrategias de nearshoring en función de cómo se apliquen finalmente. Los aranceles, que son impuestos aplicados a los productos importados, sirven como una herramienta utilizada por los países para proteger sus industrias locales. Sin embargo, también tienen el potencial de provocar represalias comerciales y perturbar las cadenas de suministro globales. Hoy en día es prematuro saber cómo acabará, pero lo que queda claro es que hay un antes y un después del llamado “liberation day”, que ha lanzado Donald Trump, en la geopolítica logística mundial.
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México: Líder en Nearshoring
México ha sido uno de los principales beneficiarios de esta tendencia. Su proximidad a Estados Unidos, combinada con acuerdos comerciales como el T-MEC, ha consolidado su posición como destino preferido para la relocalización de operaciones industriales. Entre agosto de 2022 y diciembre de 2023, las inversiones en construcción no residencial en México crecieron un 57%, reflejando el interés de las empresas por fortalecer sus cadenas de suministro en la región.
Oportunidades en Otros Países de la Región
Además de México, otros países latinoamericanos están posicionándose para captar inversiones derivadas del nearshoring:
- Brasil: Su economía diversificada y su papel como proveedor clave de commodities lo hacen atractivo para inversiones en manufactura y logística. La relación comercial con China ha fortalecido su posición en el mercado global.
- Colombia: Con una ubicación estratégica y acuerdos comerciales favorables, Colombia ha experimentado un aumento en la inversión extranjera directa, especialmente en sectores como el textil y la manufactura ligera.
- Costa Rica: Reconocida por su estabilidad política y mano de obra calificada, ha atraído inversiones en tecnología y servicios, consolidándose como un hub para empresas que buscan proximidad al mercado norteamericano.
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Desafíos para la Región
A pesar del prometedor escenario que presenta el nearshoring para América Latina, existen desafíos estructurales y coyunturales que podrían frenar o limitar el aprovechamiento pleno de estas oportunidades. Estos obstáculos deben ser atendidos con políticas públicas claras, inversiones estratégicas y colaboración entre los sectores público y privado. A continuación, se detallan los principales retos que enfrenta la región:
Infraestructura logística deficiente
Uno de los principales cuellos de botella en América Latina es la falta de infraestructura logística moderna y eficiente. Carreteras en mal estado, puertos con limitada capacidad operativa, aeropuertos congestionados y sistemas ferroviarios obsoletos dificultan el movimiento fluido de mercancías dentro de los países y hacia los mercados internacionales. Esta situación no solo incrementa los costos logísticos —que pueden representar entre el 15% y el 40% del valor de un producto en algunos países latinoamericanos, muy por encima de los promedios de la OCDE—, sino que también reduce la competitividad de la región frente a otros destinos de inversión.
Las inversiones en infraestructura han sido tradicionalmente insuficientes y desiguales, lo que ha generado brechas significativas entre países e incluso entre regiones dentro de un mismo país. Para atraer y retener inversiones derivadas del nearshoring, será clave modernizar los corredores logísticos, mejorar los procesos aduaneros, y digitalizar la gestión del transporte y la distribución.
Estabilidad política y seguridad jurídica
Otro factor crucial es la estabilidad institucional. En varios países latinoamericanos, los ciclos políticos inestables, los cambios abruptos en políticas económicas y la falta de continuidad en los marcos regulatorios generan incertidumbre para las empresas extranjeras. La inseguridad jurídica, sumada a problemas estructurales como la corrupción y la burocracia excesiva, complica la toma de decisiones de inversión a largo plazo.
Asimismo, los altos niveles de criminalidad en ciertas regiones afectan directamente la operación logística, incrementando los costos de seguridad y transporte. Sin condiciones de estabilidad política y seguridad, difícilmente se podrá consolidar a la región como un destino confiable para la manufactura y distribución global.
Brechas en la formación del talento humano
El capital humano es otro de los grandes retos. A pesar de contar con una población joven y en crecimiento, muchos países de la región presentan deficiencias en la calidad del sistema educativo, especialmente en áreas técnicas, de ingeniería, logística y tecnologías de la información. La escasez de talento calificado limita la capacidad de las empresas para escalar operaciones y adoptar nuevas tecnologías, lo cual es esencial en un entorno competitivo de manufactura avanzada.
Impulsar programas de capacitación técnica, fomentar la educación dual, y alinear los programas educativos con las necesidades del sector productivo será vital para cerrar esta brecha. La formación continua y la adaptación al cambio tecnológico también deben ser una prioridad regional si se quiere capitalizar de manera sostenible el auge del nearshoring.
El Auge del Friendshoring
Además del nearshoring, el concepto de friendshoring ha ganado relevancia. Esta estrategia implica trasladar la producción a países aliados que comparten valores y objetivos geopolíticos similares, independientemente de la proximidad geográfica. América Latina, con su afinidad cultural y relaciones diplomáticas con países occidentales, se posiciona favorablemente para beneficiarse de esta tendencia. Países como Uruguay, Chile, Costa Rica, Brasil y Panamá destacan por su estabilidad política y económica, lo que los convierte en destinos atractivos para inversiones basadas en el friendshoring.
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Inversiones y Crecimiento Económico
La reconfiguración de las cadenas de suministro ha resultado en un aumento significativo de la inversión extranjera directa (IED) en América Latina. En 2022, la región atrajo más de 224.000 millones de dólares en IED, el volumen más alto desde 2013. Este flujo de inversiones refleja la creciente confianza de las empresas en la región como un destino viable para la manufactura y distribución.
América Latina se encuentra en una posición estratégica para aprovechar las oportunidades que surgen de la nueva geopolítica logística. La combinación de nearshoring y friendshoring ofrece a la región la posibilidad de convertirse en un centro neurálgico de manufactura y distribución a nivel global. Sin embargo, para materializar este potencial, es esencial que los países latinoamericanos aborden los desafíos en infraestructura, estabilidad política y capacitación laboral. Solo así podrán consolidar su rol en el reconfigurado mapa logístico mundial y fomentar un crecimiento económico sostenible en las próximas décadas.